(16) “Max el Basset Sanador” La Increíble Historia de un perro Rechazado 2 veces

Introducción

Hay historias como la de “Max el Basset Sanador” que no solo conmueven, sino que transforman. Historias que nos recuerdan que la empatía no tiene especie, y que a veces, el mayor consuelo llega en cuatro patas y con una mirada que lo dice todo. Esta es la historia de Max, un Basset Hound que fue abandonado dos veces, etiquetado como “problemático” y medicado por comportamientos que nadie se detuvo a comprender. Pero Max no era agresivo: estaba esperando ser escuchado.

Gracias al compromiso de una red de rescatistas, voluntarios y adoptantes con corazón, Max encontró no solo un hogar, sino un propósito. Lo que comenzó como un rescate se convirtió en una cadena de sanación: primero para Bruce, un hombre que vivía con dolor crónico, y luego para un niño con cáncer cerebral, cuya recuperación comenzó con juegos, caricias y paseos junto a Max.

Este artículo narra cómo un perro rescatado, al que muchos dieron por perdido, se convirtió en un sanador emocional y físico. Una historia que nos invita a mirar más allá del comportamiento, a confiar en las segundas oportunidades y a reconocer el poder silencioso de los vínculos verdaderos.

Suceso de la Historia Max el Basset Sanador

Max el Basset Sanador y su hermana molly

Max y Molly, dos hermanos Basset Hound de mirada dulce y orejas largas, fueron rescatados por ABC tras vivir en condiciones de abandono. Sus antiguos dueños los dejaron expuestos al clima, sin refugio ni afecto. Cuando llegaron al refugio, con apenas dos años, llevaban en sus cuerpos las marcas del descuido… pero en sus ojos aún brillaba una chispa de esperanza.

Kevin Kraft les ofreció un hogar temporal lleno de cuidados, y Laura Johnson, voluntaria incansable de ABC, adoptó a Molly y se encargó de buscar un hogar definitivo para Max. Lo que siguió fue una cadena de encuentros que parecen guiados por algo más grande que la casualidad.

💔 Rechazo y resiliencia

"Max es devuelto por segunda  ocasion

Max fue adoptado, pero seis meses después, sus nuevos humanos lo devolvieron. Alegaron que su otro perro lo acosaba y que Max no era lo que esperaban. Lo medicaron con antidepresivos, etiquetándolo como agresivo. Pero ¿quién puede florecer en un entorno que no lo comprende?

Gracias al compromiso de ABC, que siempre recibe de vuelta a sus perros rescatados, Max tuvo una segunda oportunidad. Laura, a pesar de estar cuidando a otro perro llamado Fenway, se ofreció para acogerlo nuevamente. Esa decisión marcaría el inicio de una historia extraordinaria.

Max, silencioso pero atento, parecía entender que algo especial estaba por suceder.

🌈 A la hora de elegir

Bruce y Lucille, una pareja marcada por el dolor físico y emocional, visitaron la casa de Laura con la intensión de adoptar a Fenway. Bruce sufría dolores crónicos que necesita analgésicos. La pareja recientemente había perdido a su basset Charlie tres meses antes, Charlie había ayudado a Bruce a sobrellevar el dolor y a evitar los analgésicos, así que buscaban adoptar otro basset, así que buscaban adoptar otro basset.

Laura y fareway

Laura les presento a Fenway un basset había vivido en la calle y todavía estaba aprendiendo a relacionarse con las personas. Según Laura, “parecía que sonreía y saltaba a tu cara como si quisiera morder”. Para alguien que no lo conociera, esa conducta podía parecer agresiva, aunque en realidad era más un juego travieso que un signo de peligro.

De hecho, Laura recordaba a su propio cachorro de Basset, Apollo, que hacía lo mismo. Aunque un entrenador y un veterinario le advirtieron que podía tratarse de un inicio de agresividad, su intuición le dijo lo contrario: era simplemente un comportamiento de cachorro juguetón. Decidió no usar castigos ni métodos de choque, y el tiempo le dio la razón: Apollo creció siendo uno de los perros más dulces y cariñosos, incapaz de hacerle daño a nadie. Esto demuestra lo importante que es no confundir travesuras con agresión real.

Aun así, la situación con Fenway coincidió con un momento difícil. Bruce y Lucille, la pareja interesada en adoptarlo, habían sido atacados recientemente por un galgo que tuvieron en casa. El ataque fue tan serio que Lucille necesitó grapas en la cabeza. Por eso, cuando vieron la conducta efusiva de Fenway, se sintieron inseguros. Se disculparon con Laura, pero decidieron que no podían adoptarlo. Quizás, después de todo, las cosas pasan por una razón.

El encuentro que lo cambió todo

Mientras Laura devolvía a Fenway al patio, entró Max. Afortunadamente, en ABC había creído que la medicación con los antidepresivos aplicados por su antigua familia eran innecesarios. Así que el especialista en comportamiento ya había evaluado a Max y fue entonces quien lo encontró en buenas condiciones para un buen hogar.

Max conquista a Bruce

ABC también trató a Max por infecciones de oído y uñas rotas, señales de que su antiguo hogar no había sido el más adecuado para cuidarlo. Así, Max volvió a ser feliz y saludable cuando conoció a Bruce y Lucille. Mientras Laura les contaba su historia, Max se sentó junto a ellos y, con cariño, apoyó la nariz en el regazo de Bruce. No hizo falta decir nada. En ese gesto había consuelo, empatía y una promesa silenciosa: “Estoy aquí para ti”.

Laura describe a Max como un ser empático por naturaleza. Así fue como Max fue adoptado en el hogar definitivo al que, obviamente, estaba destinado a pertenecer.

Poco después de que Bruce y Lucille se llevaran a Max a casa, Laura recibió una llamada de la feliz pareja: ¡Bruce no había necesitado analgésicos en días! Ambos dijeron sentirse afortunados de haber conocido y adoptado a Max. Laura pensó que el caso estaba felizmente cerrado y, como ella misma dice: “¡Mejor imposible!”. ¡Pero sí lo es!

Laura lloro porque cuando creas un vinculo con un peludo los resultados son conmovedores: “Bruce no había necesitado analgésicos desde que Max llegó. El dolor físico cedía ante la presencia serena de su nuevo compañero”

Si bien los tratamientos médicos son fundamentales, la recuperación también depende de factores emocionales. La compañía de los Bassets se volvió tan importante como las terapias, mostrando que la sanación es un proceso integral donde el amor y la conexión cuentan tanto como la ciencia.
Más allá de la medicina

Como max se convierte en sanador

Pero Max no solo sanó a Bruce. Los vecinos de la pareja tenían un niño de siete años con cáncer cerebral. El pequeño había perdido a Charlie, su amigo peludo, y ahora encontraba consuelo en Max. Le hablaba al oncólogo sobre “Max”, deseando salir del hospital para jugar con él. El médico pensó que se refería a otro niño… hasta que descubrió que Max era un perro.

"Max el Basset Sanador y el niño con Cáncer"

Lo que ocurrió después fue milagroso: El niño comenzó a comer mejor, a dormir profundamente y a moverse con más energía. Los efectos secundarios de la quimioterapia, que suelen ser devastadores, se redujeron drásticamente. El oncólogo, conmovido, sugirió certificar a Max como perro de terapia.

“El médico comentó que el niño apenas sufría efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia, algo que, según cualquier oncólogo, es clave para que el tratamiento funcione bien”.

En mi propia experiencia con la quimioterapia, mis tres Basset Hounds fueron una gran ayuda: me mantenían activa al sacarme a caminar todos los días y, además, me daban seguridad, consuelo y la confianza de que podía superar los efectos secundarios. Ese apoyo emocional fue tan valioso como el ejercicio físico.

Hoy, Max visita al niño tres veces por semana y también acompaña a otros pequeños en la Unidad de Oncología Infantil del Hospital Strong. Su presencia no solo alivia el dolor físico, sino que devuelve la esperanza, la risa y el deseo de vivir.

Los Bassets no solo acompañaron al niño, sino que también le ayudaron a sobrellevar los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia. Los animales pueden convertirse en verdaderos aliados emocionales y físicos en procesos médicos difíciles.
El poder terapéutico de los animales

🌟 El ángel que nadie vio venir

Max fue rechazado dos veces. Dos familias no supieron ver el alma luminosa que habitaba en ese cuerpo de basset. Pero gracias a ABC, Laura, Bruce, Lucille y un niño valiente, hoy Max es un sanador, un amigo, un símbolo de lo que puede ocurrir cuando se da una segunda oportunidad.

💬 Como dicen los voluntarios de ABC: “Historias como esta hacen que todo el esfuerzo valga la pena.”

Max no solo encontró su hogar. Se convirtió en el hogar emocional de quienes lo necesitaban. Y su historia nos recuerda que, a veces, los corazones más rotos son los que más amor tienen para dar.

Pero, Este no es único caso de un perro Sanador

🐕‍🦺 Toby: del abandono al abrazo que sana

Toby fue encontrado en condiciones deplorables: sucio, desnutrido y con miedo a todo contacto humano. Había vivido en la calle, esquivando golpes y sobreviviendo con lo poco que encontraba. Cuando fue rescatado por una fundación local, no permitía que nadie se le acercara. Temblaba, gruñía y se escondía en los rincones.

Toby buscando a quien ayudar

Pero el equipo de cuidadores no se rindió. Día tras día, le ofrecían comida con la mano, le hablaban con voz suave y le daban espacio para confiar. Poco a poco, Toby comenzó a salir de su caparazón. Un día, se acercó por voluntad propia y apoyó su cabeza en la pierna de una voluntaria. Ese gesto fue el inicio de su nueva vida.

Tras meses de rehabilitación emocional, Toby fue adoptado por una mujer que trabajaba en un centro de atención para adultos mayores. Ella notó que Toby tenía una sensibilidad especial: se acercaba a quienes estaban más tristes, se quedaba quieto junto a los pacientes con demencia y parecía entender cuándo alguien necesitaba consuelo.

Con el tiempo, Toby fue certificado como perro de terapia. Hoy, visita semanalmente el centro, donde los abuelos lo esperan con sonrisas y caricias. Uno de ellos, que no hablaba desde hacía meses, pronunció su primer “hola” al ver a Toby entrar por la puerta. Desde entonces, ese paciente volvió a comunicarse con su entorno.

Y ¿Qué es ABC?

ABC corresponde a All Bassets Cherished Basset Hound Rescue, Inc., una organización de rescate sin fines de lucro dedicada exclusivamente a ayudar a los Basset Hounds.

Ubicación y Alcance

  • ABC opera en Nueva York, cubriendo principalmente el norte del estado, desde Buffalo hasta Albany. Su sede está registrada en Buffalo, Nueva York (PO Box 272, Buffalo, NY 14225)

¿Qué labor realizan?

  • Rescatan Basset Hounds abandonados o en peligro, incluso colaborando con otros refugios o rescates cuando la capacidad local está saturada
  • Cada perro es evaluado médica y conductualmente, se le brinda rehabilitación si es necesario, y solo se adopta cuando está listo y en un hogar compatible
  • Funcionan a través de una red de hogares de acogida (fostering), donde los perros viven como parte de la familia mientras esperan ser adoptados
  • Realizan visitas domiciliarias para asegurar que el entorno sea adecuado para un Basset antes de aprobar la adopción
  • ABC también organiza rescates masivos desde otros estados, coordina transporte, revisiones veterinarias, esterilización y alojamiento temporal cuando no hay suficientes hogares de acogida
  • Además, operan una tienda de productos llamada Slobber Shoppe y un programa de membresía (ABC VIP) para recaudar fondos, lo que les permite financiar transporte, atención veterinaria y rescates continuos

Cursos para el cuidado y educacion de “un amigo peludo”

Si esta historia te conmovió y sientes que quieres entender y fortalecer el vínculo con tu perro, existen cursos para principiantes que te enseñan todo lo esencial:

  • Cómo alimentarlo de manera balanceada y natural.
  • Comprender sus instintos y emociones.
  • Enseñarle comandos básicos de obediencia.
  • Fomentar una conexión emocional profunda basada en confianza y respeto.
    Estos cursos no son solo para adiestrar, son para aprender a vivir mejor con tu compañero canino y descubrir su verdadero potencial.

Referencia

Historia Original: ABC Basset Recue: Max – The ‘Healing’ Dog

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