¿Diabetes en Perros y Gatos?: Causas, Síntomas y Tratamientos Efectivos

En la Diabetes en Perros y Gatos, el páncreas es un órgano muy importante que cumple dos funciones clave para la salud de perros y gatos: ayuda a digerir los alimentos y regula los niveles de azúcar en sangre. Tiene dos partes:

  • La parte exocrina, que produce enzimas digestivas y bicarbonato, ayudando a descomponer lo que comen.
  • La parte endocrina, donde se producen hormonas como la insulina y el glucagón, que trabajan en equilibrio para mantener estables los niveles de glucosa.

Cuando el páncreas no produce suficiente insulina, o cuando el cuerpo no la utiliza bien, se desarrolla la diabetes mellitus. Esta enfermedad hace que el azúcar se acumule en la sangre, lo que puede afectar muchos órganos si no se trata adecuadamente.

La diabetes mellitus es una enfermedad endocrina crónica que afecta a perros y gatos, especialmente adultos y mayores. Se desarrolla cuando el páncreas —un órgano vital con funciones digestivas (exocrinas) y hormonales (endocrinas)— no produce suficiente insulina o cuando el cuerpo no puede utilizarla correctamente.

Esta hormona es crucial para controlar los niveles de azúcar (glucosa) en sangre.

Tipos de diabetes:

En perros, predomina la diabetes tipo I, donde el sistema inmune destruye las células beta del páncreas, dejando al animal dependiente de la insulina de por vida.

En gatos, la más común es la diabetes tipo II, caracterizada por resistencia a la insulina o su producción deficiente, a menudo relacionada con obesidad o factores hormonales.

También existe la diabetes secundaria, provocada por enfermedades como pancreatitis, síndrome de Cushing o uso prolongado de esteroides, y la diabetes gestacional, más rara.

TipoDescripciónEspecie más común
Tipo IInsulinodependiente: destrucción de células beta del páncreas.Perros
Tipo IINo insulinodependiente: resistencia a la insulina o baja producción.Gatos
Diabetes secundariaRelacionada con otras enfermedades (ej. pancreatitis, Cushing, uso de esteroides).Ambas
Diabetes gestacionalOcurre en hembras durante la gestación.Perros (raro)

Factores de riesgo de diabetes en perros y gatos

La diabetes mellitus afecta aproximadamente entre el 0,2 % y el 1 % de los perros y gatos. Existen varios factores que aumentan el riesgo de que una mascota desarrolle esta enfermedad, entre ellos:

  • Estilo de vida poco activo o confinamiento en interiores, junto con una alimentación rica en carbohidratos, lo que favorece alteraciones metabólicas.
  • Obesidad, especialmente en gatos, donde los individuos con sobrepeso tienen hasta cuatro veces más posibilidades de desarrollar diabetes que aquellos con un peso corporal adecuado.
  • Edad avanzada, ya que la diabetes es más frecuente en animales de mediana edad o geriátricos.
  • Herencia genética, ya que los antecedentes familiares pueden predisponer a la aparición de la enfermedad.
  • Pancreatitis crónica, una inflamación persistente del páncreas que interfiere con la producción normal de insulina.
  • Hipertiroidismo, una afección endocrina que acelera el metabolismo debido a un exceso de hormona tiroidea y puede contribuir a desequilibrios en los niveles de glucosa.

Diabetes en razas de perros específicas

Este padecimiento se puede presentar a cualquier edad, pero tiene mayor incidencia en animales de edad avanzada, de 7 años en adelante.

diabetes en perros y gatos
  • También, existen algunas razas con presunta predisposición a presentar Diabetes, tales como: Dachshund o Salchicha, Poodle, Pinscher miniatura, Chow chow, Beagle, Doberman y Golden retriever.
  • En gatos la raza Burmés, y de forma general, según reportes, los machos son más propensos a padecerla

Si no se trata, la diabetes mellitus puede progresar a una afección potencialmente mortal conocida como cetoacidosis diabética (CAD), que requiere hospitalización y terapia agresiva con líquidos.

Síntomas de diabetes en perros y gatos

Tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 suelen manifestarse con signos clínicos similares en perros y gatos. Es fundamental estar atentos a las siguientes señales de advertencia:

  • Sed excesiva (polidipsia) y/o micción frecuente (poliuria). Aunque pueden aparecer por separado, es común que ambos síntomas se presenten juntos.
  • Aumento del apetito (polifagia) acompañado de pérdida de peso, ya que el organismo no logra utilizar adecuadamente la glucosa como fuente de energía y comienza a degradar grasa y masa muscular.
  • Ganancia de peso inexplicable en algunas etapas tempranas o antes del diagnóstico.
  • Cansancio o disminución de la energía, lo que puede notarse como apatía o falta de interés en jugar o moverse.
  • Pelaje opaco o piel en mal estado, reflejo de un metabolismo desbalanceado.
  • Debilidad muscular, sobre todo en las extremidades traseras, algo más evidente en gatos, pero también posible en perros.
  • Infecciones recurrentes (como infecciones urinarias, de piel o encías), ya que la hiperglucemia reduce la capacidad del sistema inmune.
  • Ojos nublados o pérdida de visión progresiva, debido al desarrollo de cataratas, especialmente en perros diabéticos.
  • Heridas que tardan en cicatrizar o que se infectan fácilmente.

Si observas uno o varios de estos signos en tu mascota, es vital acudir al veterinario para realizar pruebas específicas. Cuanto antes se detecte la diabetes, mayores serán las posibilidades de controlarla y evitar complicaciones a largo plazo.

Diagnóstico:

Los análisis de sangre y orina se utilizan para diagnosticar la diabetes mellitus. Estos análisis buscarán niveles elevados de azúcar en sangre y la presencia de azúcar o cetonas (un subproducto de la descomposición de las grasas para obtener energía) en la orina de su mascota.

Se realiza mediante análisis de sangre y orina. Los valores clave son:

  • Glucemia elevada persistente: >180 mg/dL en perros y >240 mg/dL en gatos.
  • Glucosuria (glucosa en orina)
  • Fructosamina elevada (refleja control glucémico a mediano plazo)
  • Presencia de cetonas (indica descompensación diabética)

Nota: En gatos, el estrés puede elevar la glucosa temporalmente, por lo que se repiten pruebas.

Tratamiento:

Insulina:

  • Perros: NPH (acción intermedia), detemir (acción prolongada en casos difíciles).
  • Gatos: PZI o glargina. Evitar NPH y zinc-lenta como primera opción.

Dieta:

  • Perros: alta en fibra y carbohidratos complejos.
  • Gatos: alta en proteínas y baja en carbohidratos (preferencia por alimento húmedo).

Monitoreo:

  • Control diario de glucosa (preferible en casa con glucómetro).
  • Anotar apetito, conducta y frecuencia urinaria.

Peso y ejercicio:

  • Fundamental en gatos con sobrepeso (puede inducir remisión).
  • Ejercicio moderado en ambos casos.

Complicaciones metabólicas:

  • Hipoglucemia: por exceso de insulina. Signos: debilidad, convulsiones, desmayo. Es urgente.
  • Cetoacidosis diabética (CAD): por falta de insulina, con producción excesiva de cuerpos cetónicos. Signos: vómitos, letargo, respiración rápida.
  • Estado hiperglucémico hiperosmolar (EHH): más raro, pero muy grave. Azúcar >600 mg/dL sin cetosis significativa.

Consideraciones sobre la Insulinoterapia en Mascotas

Al administrar insulina en perros y gatos, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Concentraciones comerciales: Las formulaciones de insulina disponibles en el mercado se presentan únicamente en dos concentraciones: 40 unidades/ml y 100 unidades/ml. Es fundamental utilizar jeringas compatibles con la concentración prescrita para evitar errores en la dosificación.
  • Almacenamiento: Aunque la insulina puede mantenerse estable a temperatura ambiente por hasta 18 meses, se recomienda conservar los frascos de reserva a 4 °C (refrigeración) para garantizar su eficacia y prolongar su vida útil.
  • Preparación antes de la aplicación: Antes de administrarla, la insulina debe agitarse suavemente hasta lograr una suspensión homogénea. Esto asegura una dosis precisa. Además, es indispensable verificar la fecha de caducidad antes de cada uso para evitar el empleo de un producto vencido.
  • Factores que afectan la absorción: La eficacia de la insulina puede verse influida por distintos factores, como la vía de administración (generalmente subcutánea), el sitio de la inyección, el estado de la piel, así como el volumen y la concentración administrada. Todos estos aspectos pueden modificar la velocidad y efectividad de la absorción.
  • Rotación de zonas de aplicación: Es recomendable alternar los sitios de inyección con regularidad para evitar irritación, hematomas o inflamación local. En el caso de los perros, la región subcutánea dorso-lumbar suele ser una de las más seguras y eficaces para la aplicación.

Dietas de Prescripción para Perros y Gatos con Diabetes

La alimentación juega un papel fundamental en el tratamiento de la diabetes en perros y gatos. Las dietas inclusivas, formuladas para cubrir las necesidades nutricionales específicas de cada mascota, y las dietas de prescripción médica, diseñadas especialmente para condiciones como la diabetes, pueden contribuir significativamente a mantener los niveles de glucosa en sangre bajo control.

Estas dietas suelen tener las siguientes características:

  • Contenido controlado de carbohidratos: especialmente en gatos, se busca reducir el consumo de azúcares simples y almidones para evitar picos de glucosa.
  • Alta en fibra soluble e insoluble: en perros, esto ayuda a ralentizar la absorción de glucosa y mejorar la sensibilidad a la insulina.
  • Proteína de alta calidad: para preservar la masa muscular, especialmente importante en mascotas que experimentan pérdida de peso.
  • Ácidos grasos esenciales y antioxidantes: que favorecen la salud general y el metabolismo.

El uso de estas dietas debe ser siempre supervisado por un médico veterinario, ya que se ajustan de forma individual según el tipo de diabetes, el tratamiento con insulina, el estado corporal y otras condiciones concurrentes.

Una dieta adecuada, combinada con insulinoterapia y monitoreo constante, puede mejorar notablemente la calidad de vida de una mascota diabética y ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo.

Cuidados en casa:

  • Aplicar la insulina siempre con jeringa adecuada, a la misma hora.
  • No cambiar dieta o dosis sin indicación veterinaria.
  • Revisiones frecuentes al inicio y luego cada 3–6 meses.
  • Supervisar signos de alerta como cambio de apetito, vómitos o desorientación.

Pronóstico:

Aunque es una enfermedad crónica, muchos pacientes pueden llevar una vida plena con el tratamiento adecuado. En gatos, existe posibilidad de remisión, especialmente si se diagnostica temprano y se maneja con precisión.

Importancia de la educación del tutor:

Hasta un 25% de las mascotas recién diagnosticadas son eutanasiadas por desconocimiento o temor. Por eso, entender la enfermedad, seguir las indicaciones médicas y mantener una rutina amorosa y constante pueden marcar la diferencia entre la vida y la complicación.

“Ser un propietario responsable es procurar la nutrición adecuada, el ejercicio constante y las visitas al Médico Veterinario de su mascota. Ya que nuestros perros y gatos no pueden hablar, debemos estar pendientes de sus hábitos de alimentación e ingesta de agua y monitorear cualquier cambio que pueda ser precursor de alguna enfermedad que presente. Sobre todo, si es una mascota de mayor edad”, 

concluyó Adrian Polo Jeréz, Médico Veterinario y Gerente Técnico de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Animal Health en América Central, Caribe y Ecuador. 

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FUENTES DE CONSULTA

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